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En los últimos años han ocurrido afortunadamente pocos accidentes mortales en el sector verticalero. Sin embargo, es un asunto preocupante el hecho que la mayoría de accidentes graves o mortales por caídas a distinto nivel en el sector de los trabajos verticales (de los que tenemos conocimiento) se han producido en situaciones de trabajos en altura convencionales y no tanto en situaciones de trabajo en suspensión de cuerdas (trabajos verticales).

Dentro de las posibles situaciones de trabajos en altura más habituales están las cubiertas no transitables y sin duda, entre estas, las más peligrosas son las de las cubiertas frágiles de naves industriales. ¿Por qué?

Cubiertas frágiles

Primero definiremos cubiertas frágiles. Son aquéllas en las que por el diseño y los componentes que las constituyen (en su totalidad o en parte), una vez ejecutadas y en determinadas circunstancias durante su ejecución, no pueden soportar el tránsito de personas ni el acopio de materiales sin instalar o utilizar medios auxiliares o elementos complementarios de seguridad. Ejemplos: fibrocemento, policarbonato, fibra de vidrio, chapa ondulada, resinas de poliéster, polímeros termoplásticos, virutas de madera cementadas, etc.

Fáciles de transitar

Por lo general, tienen poca inclinación. Y una vez que nos ubicamos sobre ellas a través de escaleras, plataformas elevadoras o puntos de acceso directo, tenemos la sensación de poco riesgo si estamos alejados de los bordes donde la sensación de vacío ayuda a la generación de estado de alerta. Esta falsa sensación de seguridad facilita la no apreciación del verdadero potencial de peligro.

Muy difíciles de proteger

Habitualmente, estas cubiertas frágiles, como se ha comentado, están compuestas por placas metálicas, placas de fibrocemento e incluso placas de fibra translucida extremadamente frágiles que en ocasiones no se distinguen bien. Lo normal es que no existen elementos apropiados para el anclaje de dispositivos anticaída como lo serían líneas de vida fijas o puntos de anclaje adecuados para la instalación de líneas de vida temporales.

Las protecciones colectivas, como redes, pasarelas y barandillas, son, por lo general, prácticamente inviables, salvo en los casos de fase de construcción. Los sistema para el uso de protecciones individuales son complejos de instalar y casi siempre requieren el desmontaje parcial de elementos de la cubierta para acceder a la estructura portante de la cual obtener puntos de anclaje fiables.

Factores adicionales de riesgo

Hay factores complejos de evaluar. Riesgos eléctricos por la presencia de cables o elementos en tensión accesibles desde la cubierta como por ejemplo líneas Aéreas de Alta Tensión.

La insolación intensa puede producir ademas del reflejo afectando a la visión, altas temperaturas que pueden afectar seriamente a las personas y a los equipos de trabajo.

La altura de caída en caso de rotura de cubiertas frágiles es un asunto difícil de gestionar, pues si ya de por si la altura media de las naves industriales no suele superar los 5, 6 metros, suele ser habitual la existencia de numerosos obstáculos que la van a reducir hasta hacer imposible el no impacto contra obstáculos en una hipotética caída que tenga que ser detenida por un sistema anticaídas convencional bien calculado, donde la distancia de caída o de recorrido hasta “el frenado” difícilmente va a ser inferior a los 2, 3 metros.

Conclusiones

Es necesario un esfuerzo colectivo en el sector para tomar en consideración muy seriamente la potencial peligrosidad de los trabajos sobre cubiertas frágiles y generalizar una cultura preventiva más exigente donde los costes de las medidas de seguridad adecuadas no sean una escusa para la competencia desleal e irresponsable entre las empresas de trabajos verticales.

 

Pedro Aparicio
Coordinador General de Altur

 

Bibliografía y referencias de casos de accidentes de los que podemos aprender:

 

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